miércoles, 29 de abril de 2015

Perdida de aceite






Lo primero es lo primero, ¿estás seguro de que el líquido que ves en el suelo es aceite? En muchas ocasiones, especialmente si nos coge “de nuevas”, el charquito que podemos ver en el suelo tras aparcar el vehículo puede ser condensación de agua por el aire acondicionado, algo que acostumbra a ocurrir si se demanda mucho al sistema y hay determinadas condiciones de temperatura y humedad entorno.




Descartado cualquier líquido que no sea aceite, las causas por las que el vehículo puede perder aceite son múltiples. Una de ellas, la menos alarmante, es que haya alguna holgura en las juntas, o la junta del tapón de llenado, las juntas de la tapa de balancines, el conducto de la varilla de aceite,… si bien lo más frecuente es que el tornillo de vaciado del cárter esté forzado o bien mal ajustado.

 Si es eso o bien la tapa de balancines, lo más probable es que el aceite “sude” de manera que lo mácula todo. Viendo el motor desde debajo se aprecia negro y lleno de aceite, si bien hay que decir que esto es muy increíble y no tiene por qué razón haberse perdido un sinnúmero de aceite. si la cantidad de aceite o bien el goteo es más intenso que una o bien 2 gotas al día, va a haber que meditar en que se haya roto un manguito.

 Para contrastar si perdemos mucho o bien poco aceite hay que revisar el nivel del mismo con la varilla, de manera que siempre y cuando el nivel de aceite esté entre el mínimo y el máximo, no va a haber un problema serio. En cualquier caso resulta conveniente que lo vea un especialista.


Consumo de aceite y otros inconvenientes relacionados con exactamente el mismo

 Hablando del nivel de aceite medido con la varilla, hay que decir que es esencial que el nivel del mismo se halle siempre y en todo momento entre las 2 marcas, máximo y mínimo. No es preciso, no obstante, que el aceite se acerque demasiado a la marca de máximo por el hecho de que podría “rebosar”. El motor va a marchar igualmente bien excediendo por poco el mínimo, que llenándolo “a tope”.


Si nos pasamos de aceite, podemos estar provocando que se produzca un exceso de calor por el incremento de la resistencia del líquido, sobre todo en el instante del arranque. Esto puede lograr acortar la vida útil del motor es cuestión. Si el aceite “rebosa” se pueden salpicar los tubos quemándose aceite de motor. Cuando se quema el aceite, las impurezas se pueden depositar en al cámara de combustión y podemos tener, nuevamente, inconvenientes de funcionamiento.


Existen inconvenientes derivados del empleo de un aceite que no esté recomendado, o bien de calidad (y costo, por ende) inferior. Son inconvenientes como que no se suprime apropiadamente la carbonilla y las impurezas de las piezas del motor, y eso se puede advertir por el color. Se va a ir poniendo negro progresivamente conforme se limpie el motor, y si no ocurre esto, en vez de tener las impurezas disueltas (en suspensión) en el aceite, proseguirán sobre las piezas. Por consiguiente, es bueno que el aceite se ensombrezca.


Es preferible emplear el aceite recomendado por el fabricante para cada motor (pueden ser diferentes) a incorporar aditivos al aceite que adquiramos. Agregar aditivos no acostumbra a traer nada bueno por el hecho de que podemos, desapercibidamente, mudar las propiedades del aceite, o bien padecer reacciones químicas que alteren el desempeño, y por si fuera poco tampoco van a “resucitar” el aceite, ni prosperar el consumo del mismo en motores viejos.


Como siempre y en todo momento, en muchas ocasiones la mejor solución es no causar problemas, si bien para eso nos parezca que estamos invirtiendo en un aceite “caro”. Con relación a el aceite y el motor, lo asequible puede salir costoso, carísimo.